“El que no arriesga, no gana”. Ese es el lema de vida de Gustavo, un emprendedor de Puebla y orgulloso miembro de la Familia Tala.
“Yo quiero que mi hija aprenda a ser humilde, pero que esa humildad la puede llevar a muchos lados”, nos explicó Gustavo mientras lo entrevistábamos en el puesto de ropa que ha conseguido surtir usando los préstamos de Tala.
Como Gustavo, muchos miembros de la Familia utilizan nuestros préstamos para comprar mercancía que después venden por una ganancia. Es un modo fácil y rápido de comenzar a escalar un emprendimiento sin contar con mucho capital.
“Un consejo que les daría es que solo acepten la cantidad que saben que pueden pagar. Entre más puntual paguen, más es el límite de tu préstamo y más confianza te tienen”.
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